Un equipo es un estado energético. Todo lo que nos ocurre tiene una incidencia directa en nuestra energía. Nuestros objetivos, la necesidad de reinvención ante el vértigo de una realidad que cambia a gran velocidad o el superar las adversidades que nos encontramos, demandan unas “baterías” lo más llenas posibles. Esta conferencia propone un camino que posibilitará la máxima generación de una energía llamada triunfante, para lo que oblibará a cumplir una serie de pasos.
Entorno propicio, visión ilusionante
Todo proceso tiene un punto de partida. En este caso la salida se encuentra en la capacidad de crear una visión ilusionante sobre nuestro presente y futuro. Necesitamos generar una realidad que trascienda a la rutina diaria, que eleve el discurso, que de grandeza a nuestro desempeño. Crear un atractivo relato por parte de todos resulta fundamental para comenzar la travesía.
Las tres sin, la adhesión libre
La ilusión debe ser trabajada en dos ámbitos, el individual y el colectivo. El primero tiene tres grandes enemigos, la nostalgia en el pasado, el victimismo en el presente y elmiedo al futuro. En el terreno colectivo debemos ser capaces de lograr que la adhesión a la causa colectiva sea a partir de una decisión libre de cada uno de los componentes del equipo lo que tendrá como consecuencia un incremento significativo de sus capacidades para el compromiso, autoresponsabilidad y autoexigencia.
El estilo
Necesitamos fijar un estilo propio, basado en unos determinados valores que pasan a convertirse en los pilares básico del equipo. Un estilo donde se promueva el crecimiento individual, la conciencia colectiva a través del protagonismo compartido, el reconocimiento de todos hacia todos, la generosidad o la gratitud.
Sus rasgos principales son que resulta una energía sana, positiva, alineada colectivamente, eficaz, enfocada y sostenible en el tiempo porque no tiene coste de felicidad.